lunes, 31 de marzo de 2008

Principio sin final


Comienzo… Todos queremos tener un amigo cerca, siempre, pero en ocasiones sólo queremos a alguien que esté en el momento justo. Yo, sin ir más lejos, tengo amigos, buenos amigos, y algún confidente, pero es en días como hoy en los que necesito a alguien que escuche, sólo escuche, que no diga nada y que, si no lo cumple, sea para llenarme los oídos de las palabras que yo quiero. De seguir leyendo, hoy, ese, serás tú.

Adelanto… Es egoísmo, es humano, es sentirse vivo en los momentos en que menos lo disfrutas. Si me preguntas difícilmente sabre responderte, no, definitivamente no sé qué es diferente, todos tenemos días difíciles, un par al mes para ser exactos, y nunca coinciden con las desgracias, éstas no entienden de ánimos, son nuestras, salen de nosotros, las creamos o, mejor dicho, las modificamos, hacemos un mundo de un tropezón y quizá otro día nos levantemos sonrientes de una paliza.

Encamino… Es sin duda a un día complicado al que debo sentarme a escribir, al igual que sólo en los días nublados reparamos en que hay destino, al igual que sólo cuando llueve nos apetece observar a la gente pasar bajo tu ventana, y al igual que sólo después de una película de amor te arrepientes de haberle fracasado a esa chica que, aunque ahora menos niña, sigue viniéndote a la cabeza como si el paso de los años la hubiera perdonado.

Improviso… Necesitamos todos, unos más que otros, pasar tristeza, pena y debilidad para apreciar la alegría, la entereza, la racionalidad… pues de otro modo no habría forma de equiparar, nos faltaría una media para saber que la superamos. Me río yo del dichoso biorritmo, y pruebo siete diferentes en menos de un año.

Ya acabo… y espero que todo este sin sentido siga sin tenerlo, pues de no ser así no conseguiré lo que buscaba. Sólo si leyendo estos párrafos sueltos sientes lo mismo que yo al escribirlos, sólo si no sabes qué pensar, al igual que yo qué decir, y sólo si hoy lees y lloras cuando mañana te rías de ti y de mí… habrás conseguido dejarlo tal y como está: sin sentido, sin estructura, sin destinatario y sin final… habrás conseguido vivir este día, pues ningún otro te brinda la oportunidad de leer un trozo de papel y acabar mojándolo, sin saber por qué, sin buscarle una razón, sin ganas de que te den una explicación que se entienda pero no puedas sentir. Eso lo dejamos para mañana.

miércoles, 12 de marzo de 2008

A ella


Traicionaré a la suerte, pues tenía ganas de hablarle hoy a nadie, aun teniendo a mucha gente, de escribir sin saber qué decir, aun teniendo ideas, de teclear mientras mi mente baila con los pensamientos al son de lo que suena.

Hoy soy feliz, y no sé cuánto podría esto durar, me encuentro en equilibrio pues tengo todo lo que quiero y ansío lo que me falta, necesito lo que no tengo y sin dudarlo agradezco lo que poseo. No podría, aunque bien lo quisiera, escribir versos tristes esta noche, como decía un amigo mío del que ni su imagen conozco, ni su nombre recuerdo; pero yo, por ser menos poeta, profesional y original, te hablaré de lo mundano…

Tú eres aquella a quien no veo, a quien ni tan siquiera puedo decir que siento, eres aquella de la que tan sólo me acuerdo a veces y no se enfada, eres quien me comprende aunque ni yo sepa qué digo. Tú sabes entender cada verso mío, sabes compadecerte de mí cuando no lo pido, sabes agradecerme aunque no te de nada, aceptas como soy cuando no tienes por qué hacerlo, tienes en cuenta mi opinión cuando ni he hablado, consigues apoyarme cuando ni siquiera sabia que lo necesitaba, me hablas cuando estoy dormido, me miras cuando no me veo, me escribes cuando yo ni leo… me sigues cuando yo quiero, aunque no me de ni cuenta porque no pare a pensarlo, no me atosigas porque de tu presencia no me entero, estas aquí, conmigo, me reconoces cuando nadie admite nada y yo, yo ni te miro, ni te apoyo, ni sé tu nombre, ni te busco, ni te conozco… ni sé si quiero.